domingo, 4 de enero de 2009

MANIFIESTO A LA NACIÓN

Derivado de nuestro VIII CONGRESO LIBERAL DEMOCRÁTICO, que tuvo verificativo el sábado 18 de octubre de 2008, a partir de las 10:00 Hrs., en el municipio de COACALCO DE BERRIOZÁBAL, ESTADO DE MÉXICO, se reflexionó sobre el MÉXICO DEL SIGLO XXI, de modo que específica y concretamente nos dirigimos al pueblo y gobiernLista con viñetaso del país en los siguientes términos:

CARTA ESTADO DE MÉXICO, COACALCO
AVANZADA LIBERAL DEMOCRÁTICA, APN

Los liberales de México refrendamos nuestro compromiso, voluntad, y alianza histórica, en los difíciles momentos que vive nuestro país. Nos reiteramos como una fuerza ideológica comprometida en trabajar por un mejor presente y futuro para México.
La realidad actual que México está viviendo en este sigo XXI, en lo económico, político y social, nos obliga a manifestarnos a favor de todas aquellas medidas encaminadas a reorientar el rumbo de la República, las cuales estén sustentadas en la democracia, el respeto, la laicidad del Estado, la paz, la gobernabilidad, la igualdad, la justicia, la libertad, el Estado de Derecho y políticas, publicas que sean en beneficio de todos los mexicanos.
Nos pronunciamos por un Estado laico, democrático y respetuoso de los derechos humanos, toda vez que:
La Democracia es Laica o no es Democracia.
Elevar a rango constitucional es Estado Laico, es nuestra propuesta mediante reformas a los artículos 40 y 115 Constitucionales.
El Estado moderno se construye a través del fortalecimiento de un marco jurídico que garantice el establecimiento de una cultura democrática y de respeto a los derechos humanos.
La independencia del Estado de cualquier institución religiosa se debe entender en el contexto del derecho a la libertad de los individuos para profesar o no alguna creencia.
Educación laica, gratuita y democrática; libertad de cultos; separación del Estado y las Iglesias; y la no intervención del clero en asuntos políticos, son principios constitucionales irrenunciables.
Un gobierno laico es aquel que responde al pueblo, a los ciudadanos y ciudadanas y no a instituciones religiosas, ya que su poder, autoridad y legitimidad devienen del pueblo y su única función se dirige a la utilidad pública.
La dependencia política, económica o religiosa es la negación del concepto democrático.
Somos un pueblo que cree en la democracia, en la libertad y en el laicismo.
El estado laico es una garantía a la igualdad ante la ley de todos los mexicanos y grupos políticos, sociales y económicos. El Estado Laico por medio de la ley conquista el principio de la igualdad y reafirma la soberanía de la Nación, al no permitir un poder superior a él.
El hombre precede a la sociedad, él la organiza y le da contenido, es su creación. El es la fuente de todos los valores sociales y el único titular de todos los predicados sociales.
El Laicismo es la doctrina que defiende la independencia del hombre, de la sociedad y del estado. Independencia, valor absolutamente necesario para las democracias.
Nos pronunciamos a favor de la Paz, la Seguridad Pública y la Gobernabilidad, lo cual implica:
Rechazar el encono y el conflicto entre los mexicanos.
Establecer los espacios de diálogo y consensos necesarios que permitan la gobernabilidad.
Un Estado que no escatime esfuerzo alguno para promover la democracia y fortalecer el imperio del derecho.
Un Estado que sea garante de la seguridad de los mexicanos y les ofrezca certeza jurídica.
Un Estado eficaz y eficiente, alejado de la impunidad y la corrupción que tenga como premisa fundamental el fortalecimiento del Estado de Derecho.
Que la Seguridad Pública debe ser una responsabilidad compartida, no sólo en lo doméstico, sino en lo global, en donde participen corresponsablemente la sociedad civil, organizaciones políticas y sociales, con los gobiernos, como una constante.
Que la participación internacional a través de los convenios bilaterales y multilaterales, den a los Países la oportunidad de tener la soberanía alimentaria, energética, el desarrollo social, el crecimiento económico con equidad, la cohesión social para tener la seguridad nacional y la prosperidad humana.
Un gobierno transparente, dispuesto a escuchar la voz de la sociedad civil y de todos y cada uno de los sectores del país, respetando y operando en función de las iniciativas de la sociedad civil.
Un Estado que asuma un liderazgo que promueva reformas y propicie los consensos que permitan conjuntamente con la sociedad, dirigir y dar rumbo a proyectos de desarrollo económico y social que se circunscriban en un gran proyecto nacional que tenga su asiento en un nuevo pacto social que implante políticas de estado en todos ámbitos de la Administración Pública Federal.
Proponer también un cambio estructural y programático, revisar el federalismo y establecer congruencias con el Poder Ejecutivo, con las entidades federativas y los municipios.
Cambiar la infraestructura de equipos y sistemas, así como la calidad de la información como base.
Establecer sistemas de información a nivel continental y mundial, con un gran poder de almacenamiento de datos.
Actualizar la planta vehicular y equipos, tanto aéreos como marítimos, así como su armamento.
Modernizar los cuerpos de seguridad pública, con una verdadera capacitación y organización.
Eliminar la corrupción de los cuerpos policíacos en todos los niveles.
Realizar investigación científica y tecnológica.
Organizar reuniones interparlamentarias, con intercambios y compartir experiencias en reuniones cumbre de seguridad, auspiciados por la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Nos pronunciamos, dentro del contexto internacional, por el crecimiento económico de México que impulse el desarrollo social, teniendo como centro de atención prioritaria al ser humano, lo que sin duda alguna requiere:
Un Estado Social con responsabilidad, cuya política económica sea redistributiva del ingreso, en la idea de ofrecer a todos los mexicanos oportunidades de empleo, de salarios bien remunerados y de ingreso para disminuir la pobreza, atemperar las desigualdades y acceder a una vida digna.
Una economía que promueva la inversión productiva, que tenga un carácter solidario y que de acuerdo a la historia por la cual ha transitado el proyecto de nuestra nación, tenga por objeto la justicia social, en un marco en el cual se preserven los derechos y libertades de todos los mexicanos.
Rechazar el neoliberalismo a ultranza, el pensamiento único y el modelo unilateral, insensible para promover una economía basada en el desarrollo sostenido, sustentable e incluyente, dentro de un justo proceso de redistribución del ingreso, en donde se atienda de manera preferente el mercado interno y la disminución o en su caso la supresión de las importaciones innecesarias.
Un Estado que asuma un papel importante de rectoría, regulación y promoción del desarrollo, que contrarreste el déficit social, mediante la defensa de la economía popular; impulse el crecimiento de la economía mediante el apoyo a la competitividad, establezca un equilibrio entre el sector de exportación y el mercado interno; rescate el ingreso popular; restablezca los mecanismos de financiamiento productivo; que atienda las demandas de los mexicanos que vivan en el campo; y redefina el papel del estado y el que corresponde al mercado.
Un Estado no discriminatorio e incluyente que garantice a las mujeres igualdad, respeto a sus derechos fundamentales, incluyendo los civiles y políticos, una justa distribución del ingreso, teniendo como prioridad nacional la creación de empleos y salarios bien remunerados, acceso a la tecnología y a los servicios de comercialización, de salud, de vivienda, de educación y alimentación, en general las oportunidades necesarias que les permitan acceder a nuevos estadios de desarrollo y una vida digna y de calidad.
Considerar que México podrá participar con éxito en la competencia global e incrementar márgenes suficientes de autonomía en sus intercambios y negociaciones, si logra desarrollar la descentralización y el desarrollo regional. Sólo una institución social cumple su cometido cuando su eficaz aplicación hace llegar hasta la base de su sociedad los beneficios de función, por lo que es absolutamente imperioso el desarrollo del Federalismo, para el momento como el que cruzamos, con el fin de obtener entre otras cosas, una soberanía alimentaria, como eje fundamental para cualquier reforma y como principio básico para revertir los problemas.
Estamos obligados a levantar la voz a favor de un Nuevo Orden Económico Internacional y a refrendar el compromiso de impulsar la justicia social y la distribución equitativa de la riqueza nacional.
Rechazamos la política neoliberal en donde las políticas de mercado pretenden sustituir la rectoría del Estado que mandata con toda precisión nuestra Ley Fundamental, de manera particular en el Artículo 25 Constitucional.
Nos pronunciamos por la responsabilidad de los Medios de Comunicación frente a la sociedad, en el marco de la libertad de expresión y el derecho a recibir información objetiva y de calidad, lo cual implica:
La formación del criterio individual a través de la información veraz y no de la manipulación de ésta.
El poder de la gente informada, quien puede pensar y actuar para formar la sociedad en la que aspira a vivir.
Rechazar que los Medios de Comunicación estén al servicio de instituciones religiosas, intereses económicos ilícitos e ideologías políticas o presiones gubernamentales, lo cual es contrario al nacionalismo, a la república y a la democracia.
Que la información es un bien social, lo que implica un compromiso ético con la sociedad, el cual contribuye al desarrollo social.
Considerar que no es lo que el hombre pueda hacer, sino su cordura en el empleo acertado de los valores y criterios humanos, por lo que en este momento de cambio, hay que visualizarlo, es nuestra oportunidad de retomar al hombre, al ser humano como el objetivo principal de toda actividad. Los medios de comunicación pueden y deben ser un pilar de esta acción.
De manera especial nos pronunciamos porque dentro del la Reforma Energética, no se admita ningún concepto que permita la privatización de PEMEX, pero de manera especial, hacemos énfasis en el campo de la Industria Petrolera y dentro de ella en el área de refinación.
En suma, nos pronunciamos por fortalecer el Estado Laico, la democracia y de reconquistar un México progresista, sustentado en los valores que nos unen e identifican, así como la construcción de un nuevo pacto social en donde estemos incluidos todos los mexicanos.
El pueblo de México exige una Nación justa. Edificarla es el reto que enfrentamos la sociedad, el Estado y sus instituciones. Estamos ciertos que para cumplir con esa finalidad, sólo será posible a partir de un compromiso inconmovible a favor de los intereses de la República Mexicana.
“PAZ, LIBERTAD Y JUSTICIA”

Lic. Manuel Jiménez Guzmán, Presidente del Consejo Ejecutivo Nacional Consultivo.

Dip. Beatriz Pagés Rebollar, Presidenta del Consejo Consultivo Nacional.
Lic. Gerardo Velázquez Monroy, Secretario General del Consejo Ejecutivo Nacional.

Lic. Marco Antonio Ugalde Ugalde, Presidente del Consejo Ejecutivo Estatal (Querétaro).

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